La experta en Inteligencia Artificial y Directora Creativa especializada en Publicidad será una de las referentes destacadas del próximo Congreso Nacional de Inteligencia Artificial en Madrid.
Madrid, 27 de mayo de 2025.- La irrupción de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) ha transformado los procesos creativos en empresas, agencias y marcas de todo el mundo. Frente al temor extendido sobre la sustitución del trabajo humano, algunas voces destacan su potencial como aliado para liberar el talento y potenciar la innovación. Una de esas voces es Laia Grassi, directora creativa especializada en inteligencia artificial, pionera en aplicar IA de forma ética y emocional al mundo de la publicidad y el diseño.
A través de su propia agencia, Laia Grassi impulsa proyectos en los que la creatividad narrativa se entrelaza con las últimas innovaciones tecnológicas.
Con más de veinte años de trayectoria en el sector del marketing y la comunicación, ha colaborado con marcas globales de primer nivel como Coca-Cola, Audi, Skoda, Google, Oreo y Volkswagen.
De pequeña, quería ser bióloga marina y arqueóloga, y al final, terminó estudiando Bellas Artes en la Universidad de Barcelona. Su primer trabajo fue a los 15 años, como diseñadora gráfica para discotecas, haciendo flyers y diseñando espacios y también se ha dedicado a la fotografía artística antes de dar el salto a la creatividad con Inteligencia Artificial. Entre los diferentes puestos que ha ocupado estos años, ha destacado notablemente como
directora creativa de arte para la agencia DDB en 2012 y en BBDO en 2024.
La creatividad sigue siendo humana: la IA solo la amplifica
Mientras muchas voces alertan sobre la amenaza que representa la IA para los empleos creativos, Grassi propone mirar desde otra perspectiva. Su visión no parte del miedo, sino del potencial: “La gente cree que la IA deshumaniza. Yo creo que nos obliga a ser más humanos que nunca”, afirma Grassi. “Nos obliga a preguntarnos qué queremos comunicar y desde qué lugar. Nos lleva a centrarnos más que nunca en el propósito, en la emoción y en el valor que damos como personas”. Para ella, la IA no elimina el trabajo creativo, lo transforma y lo amplifica. Frente al miedo generalizado, propone una visión humanista y crítica de esta tecnología como palanca
creativa, emocional y estratégica. “La IA necesita alma”, dice, “y esa se la damos nosotros”.
Lejos de ver a la IA como una amenaza, Grassi la considera una aliada poderosa. Pero una aliada que, como todas las herramientas, necesita dirección. “La IA no tiene alma ni intuición. Pero si le das propósito, sensibilidad y visión, se convierte en una extensión de tu talento. La clave está en cómo la usamos, no en lo que hace por sí sola”.
«La máquina nos da el lienzo,
pero el ser humano sigue siendo el artista»
El reto: hacer que la IA no se note
Grassi ha liderado campañas globales en las que la inteligencia artificial se integra con naturalidad, sin protagonismo artificial, y su filosofía es clara: “El mejor uso de la IA es el que no se nota. No se trata de enseñar que la usamos, sino de lograr que la tecnología esté al servicio de la historia, no al revés”. Para ella, la IA no debe ser el centro del relato, sino una herramienta que potencie la narrativa sin distraerla: “El verdadero reto es que no se note la herramienta que hemos utilizado. Debemos comunicar directamente sin que la IA sea visible.”
Desde su experiencia, tiene claro que la IA necesita dirección humana: no tiene alma, ni intuición, ni empatía. “Es una herramienta vacía, por eso necesita una persona detrás que la dote de emotividad. Esa es nuestra verdadera aportación como creativos”. En lugar de temerla, propone “hackearla” para extraer su máximo potencial, no desde lo técnico, sino desde lo conceptual: entendiendo su funcionamiento, explorando sus límites y utilizándola como multiplicadora del talento.
“La inteligencia artificial generativa está aquí
para amplificar al talento, no para sustituirlo”
Una revolución inevitable que no hay que temer
Lejos del alarmismo, Grassi considera que estamos viviendo una etapa histórica de enormes oportunidades. “Esto no es una moda. Es una revolución tan importante como la llegada del internet o la invención de la imprenta. Y esta vez, no tenemos que verla desde fuera: podemos formar parte de ella si la entendemos y la dirigimos bien”.
Cita datos del Foro Económico Mundial para argumentar su optimismo: en 2025, la inteligencia artificial generará 97 millones de empleos nuevos, a pesar de que pueda eliminar otros 85 millones. “Es un cambio de equilibrio, no una pérdida neta. Lo que necesitamos es adaptarnos, no resistirnos”.
En este nuevo panorama, las marcas que se adelantan a integrar la IA con responsabilidad, ética y creatividad no solo innovan: lideran. Para Grassi, la actitud con la que enfrentamos la transformación tecnológica es decisiva. De su visionario discurso podemos extraer que si lo hacemos con miedo, llegaremos tarde. Y si lo hacemos con propósito, llegaremos lejos.
La IA va a ser inevitable, como la electricidad,
y no le quitará el trabajo a nadie.
Respecto a la inquietud más generalizada sobre el impacto de la IA en el mercado laboral, la experta añade “Creo que hay que diferenciar: la IA es una cosa y la IA generativa es solo una parte de ella. La llegada de la IA ha supuesto una nueva revolución industrial, la estamos viviendo. Con cada revolución la humanidad ha tenido miedo: en la primera revolución industrial la gente rompía máquinas pensando que les quitarían el trabajo. Sin embargo, ahora se ve que ha generado más empleos.”
Más allá del optimismo sobre el impacto laboral de la IA, Grassi también advierte que hay desafíos importantes que aún deben abordarse, especialmente en el terreno legal y ético. “Ahora bien, el tema ético y de
copyright es diferente, y algo que debemos repensar para que funcione. Creo que sería ideal tener un modelo de derechos de autor como el blockchain, donde recibas royalties por el uso de tu contenido original. Hacia ahí es a donde creo que vamos.”
Creatividad con propósito humano
Laia Grassi representa una nueva generación de líderes creativos que no se dejan deslumbrar por lo técnico. Su discurso recuerda constantemente que lo humano sigue siendo el centro de todo. “La IA es potente, pero la intuición, la experiencia y la sensibilidad humana siguen siendo insustituibles”.
En su forma de trabajar, de enseñar y de liderar equipos, transmite una convicción que va más allá de lo profesional: que las ideas importan. Que la emoción sigue siendo insustituible. Y que el mayor reto del futuro no será dominar la tecnología, sino seguir siendo radicalmente humanos en un entorno donde lo artificial será cada vez más perfecto.
“Aunque la IA no genera emociones, necesita una
persona detrás que la dote de emotividad.”
Para Grassi, “La IA no reemplaza emociones. Será una relación simbiótica con la creatividad humana. Esta tecnología amplifica nuestras capacidades, pero no puede reemplazar la intuición, el contexto cultural o las mociones que hacen que una idea sea profundamente humana. Será una relación simbiótica, es decir, la IA potencia, pero los humanos dirigen».
Una tecnología al alcance de todos
La irrupción de la inteligencia artificial ya no es exclusiva de grandes corporaciones con presupuestos millonarios. Hoy, su aplicación está al alcance de pequeñas y medianas empresas, e incluso de autónomos y emprendedores, que buscan mejorar su comunicación, visibilidad y eficiencia sin necesidad de grandes inversiones. De esta forma, la IA puede ser una herramienta real y transformadora también para los negocios más pequeños, siempre que se entienda cómo usarla con criterio, ética y estrategia.
La experta en IA y creatividad lo tiene claro: “Hoy existen herramientas de IA muy accesibles en precio y usabilidad que permiten a cualquier pequeño negocio crear campañas, gestionar redes sociales o mejorar su comunicación de forma profesional. «Pero no se trata solo de usar tecnología por usarla. Grassi subraya que “la clave es entender qué herramientas son las adecuadas para su modelo de negocio y aprender a usarlas
estratégicamente.” Cada herramienta debe responder a una necesidad concreta y estar integrada dentro de una visión clara: qué quiere comunicar la marca, a quién y para qué.
En su opinión, lo que antes parecía un recurso reservado para grandes equipos ahora puede ponerse al servicio de un proyecto unipersonal o local con impacto inmediato. Por eso insiste: “La tecnología ya no es un lujo, es una oportunidad al alcance de todos.”
«Esto no es un boom, es el prólogo. La IA está sentando las bases para un cambio de paradigma
que redefine cómo pensamos, creamos y trabajamos».
Formarse en IA: un nuevo lenguaje creativo
Dominar la IA no es solo cuestión de saber qué botones pulsar. Para Grassi, trabajar con inteligencia artificial implica aprender un nuevo lenguaje mental, una forma distinta de estructurar las ideas y de interactuar con los algoritmos. “Mi filosofía principal es formarme. Es decir, si tienes la capacidad de poder formarte para saber cómo realmente ser un buen ingeniero de prompts, poder realmente hablarle de la manera correcta a la IA para conseguir lo que quieres de la máquina… Ese es el primer punto».
Ella misma se ha formado de manera autodidacta, combinando lecturas técnicas con un proceso constante de ensayo y fallo. «En mi caso fui, aprendí por mí misma, me estuve formando yo, leyendo muchísimos ‘papers’, viendo la manera de desarrollarlo y, en última instancia, es prueba y error».
“Lo fundamental es formarse: poder hablarle de
manera correcta a la IA.”
En ese contexto, destaca la importancia de la formación continua y la experimentación para integrar la IA en el proceso creativo de manera efectiva: «He hecho tests, me he equivocado cientos de veces. Pero todo eso me ha permitido entender cómo pensar cuando estoy trabajando con IA».
A medida que la IA evoluciona a un ritmo imparable, formarse deja de ser una opción para convertirse en una necesidad estratégica. Entender cómo pensar con IA es tan importante como dominar sus herramientas. No se trata solo de usar la tecnología, sino de integrarla con criterio, propósito y visión creativa.
Ante este nuevo escenario, iniciativas como CongresoIA, el Congreso Nacional de Inteligencia Artificial que se celebrará el próximo 15 de noviembre en el corazón de Madrid y online en directo, reunirá a referentes del sector como la propia Laia Grassi, junto a profesionales de la talla de Jon Hernández (divulgador de IA y fotografía), Raúl Ordóñez (especialista en IA y marketing digital), Amel Fernández (especialista en ChatGPT e integraciones con IA desde 2022), Esteban Diba (Guionista y divulgador de IA), Hilario Abad (Filmmaker y educador en IA), o Pau García-Milà, cofundador de Founderz, entre otros.
Con la misión de acercar la inteligencia artificial al tejido empresarial desde una perspectiva útil, accesible y estratégica, congresoia.com se consolida como el principal foro de referencia y el evento presencial más grande en España sobre el uso práctico de esta tecnología en el ámbito profesional.
Dirigido a empresas, pymes, autónomos y emprendedores, se convertirá en un espacio valioso para quienes desean explorar el presente y el futuro de la IA con una mirada transversal: desde la técnica hasta la ética, desde la estrategia hasta la emoción.